La fiesta transcurrió sin problemas. Al final, Hanna y
Zayn no habían ido en pareja dado que el moreno se dedicó, como bien lo
confirmó Maddy, a coquetear con ella. Eso sí, sin que ellas se dieran cuenta
por supuesto. Parecía una película en la que el marido le está siendo infiel a
la mujer y coincide con ambas en algún lugar. La dejaba a una en la barra con
la excusa de que tenía que ir al baño y se reunía con la otra. Me acerqué a él
en cuanto vi que iba a atacar a Hanna y lo empujé hacia una de las salas
vacías.
- Zayn, te he pillado.
Me miró con gesto inocente y una sonrisa infantil
mientras levantaba los hombros.
- No sé de qué me estás hablando.
- No te hagas el idiota. No voy a permitir que juegues
con mis amigas así como así. ¿Cuál era el fin de quedarte hoy con Hanna? ¿Ver
que tiene dignidad y no se deja llevar por alguien como tú? ¿Y por eso vas
ahora a por Maddy? No Zayn, las cosas no son así. Maddy lo ha pasado mal estos
años como para que vengas tú a ponerle la guinda al pastel, si no tienes
corazón me la resbala, pero creo que quedarte tampoco sin descendencia te hará
mucha gracia.
Su gesto a medida que iba hablando había ido cambiando.
Ahora el miedo salpicaba su rostro.
- Ellas no son un simple polvo ¿me estás escuchando?
Hice ademán de irme pero él me agarró la mano.
- Jane, lo siento. Escúchame antes de que te hagas una
idea equivocada.
- No quiero que me cuentes historias que seguramente no
van a tener ningún sentido.
- Lo tienen, por lo menos para mí, que soy el que las
siente.
Volví a reconsiderar darle otra oportunidad. No me
gustaba ver a la gente alicaída y Zayn conservaba los rasgos de estar aún
enfermo. Me senté en uno de los sillones y esperé a que empezara a hablar.
- Verás… terminé hace tiempo una relación de cuatro años.
Sí, desde que empecé la Universidad. Y bueno… no me sentó del todo bien. Al
llegar aquí y ver que Hanna se me enfrentó de esa manera me recordó muchísimo
los toques rebeldes que tenía mi ex. Su carácter era muy parecido al mío.
Fiestera, traviesa… y vi reflejado en Hanna todo eso. Pero a la vez, Maddy me
atrae por su timidez. Es todo lo contrario a mí, los polos opuestos se atraen…
y es que no puedo decidirme. No le estoy haciendo daño a ninguna. Cuando hoy me
quedé con Hanna juro que no hicimos otra cosa que jugar al monopoly encerrados
en mi habitación y que ella me contara alguna que otra historia de vosotras. No
he podido olvidar a la que yo consideraba la chica de mis sueños… y en ella la
veo otra vez.
- Zayn, pero es como si estuvieras utilizando a Hanna
solamente como una suplantación. Y ella no es como tu ex, Hanna es única e
inimitable en este mundo. Su dulzura mezclada con exaltación y rebeldía solo la
tiene ella, en su justa medida, te aseguro que tu ex no es tan buena amiga como
ella que aguanta hasta las tantas hasta que alguna llegue de alguna cita para
que le cuente como ha ido. Pongo la mano en el fuego por eso. En cuando a
Maddy, entiendo que te guste, es una chica increíble y por ello no quiero que
le hagas daño. Así que o eliges una o retírate. Seguro que hay más chicos por
ahí que las merecen más que tú.
Me levanté sin ni siquiera dejar que se defendiera. No
sabía si había sido muy dura o no, pero me sentí obligada a defenderlas. No era
justo que jugara con ellas de esa manera. Me dirigí de nuevo hacia donde
estaban todos hasta que alguien me tapó los ojos desde atrás. Sentí un tacto
conocido en mi mejilla. Pelo. Descarté que fueran una de mis amigas porque
notaría el volante de la falda, así que chicos con pelo largo que conociera no
conocía demasiados, aunque mi cerebro creía conocer la respuesta. Noté como me
alejaba del barullo de la gente y me metía en el ascensor.
- ¿Quién eres?
No obtuve respuesta alguna. Solo noté como me acorralaba
contra la pared y todo se paraba en seco. Intenté zafarme, pero era imposible,
era más fuerte que yo. Sentía el corazón de aquel que me tenía forcejeando como
una idiota taladrándome la espalda. Levanté las manos hacia su cabeza y lo
noté. No podía ser él. Una risa ronca salió de sus labios, como una especie de
gemido al notar que yo agarraba en un puño unos cuantos rizos, haciendo que lo
soltara enseguida al sentirme un tanto incómoda. No sabía cómo actuar o que
hacer.
- ¿Qué quieres tú otra vez?
- Has vuelto a ignorarme.
- No seas tan infantil Harry, te lo pido por favor. No te
he ignorado ¡apenas he tenido tiempo!
- ¿Por qué Niall tiene tu teléfono?
- Nos lo dimos ayer. Él me lo pidió como una persona
civilizada.
Apretó los puños contra su costado y miró hacia el suelo
con el ceño fruncido. Seguidamente, me apretó ambos brazos pegándome a la
pared.
- Jane no te fíes de Niall.
- ¿Por qué?
- Hazme caso.
- Eres un traidor. Es tu mejor amigo ¿cómo puedes decir
algo así de él?
Su agarre se intensificó y me acorraló más a aquel mármol
frío.
- Suéltame, me estás haciendo daño.
- Niall no es una buena influencia.
Miré hacia sus brazos con gesto evidente.
- ¿Y tú sí?
Se suavizó.
- Sé que no soy quién para decirte nada. Pero hazme caso.
Lo conozco. ¿Ya te ha llevado a ver las estrellas?
Había dado en el clavo.
- ¿Y qué?
- Es la segunda fase. Ignorante. Hace eso con todas.
Primero te odia y luego te quiere al día siguiente. ¿Curioso verdad?
- Rizos, suéltame.
El hecho de que lo llamara rizos hizo que su gesto se
tornara a divertido, acercándose peligrosamente a mí.
- ¿Y tú sí eres trigo limpio? No me hagas reír. Sois
todos iguales.
- Te equivocas.
Y diciendo esto, ladeó lentamente la cabeza y se aproximó
hacia mí. Notaba sus labios rozando los míos cuando reía y decía mi nombre a
cámara lenta. Su aliento era una mezcla de coca-cola con un poco de vodka. El
vodka especial de la residencia. Fresa. Una mezcla explosiva. Su perfume
también se entremezclaba. Se humedeció sus labios haciendo que su lengua rozara
los míos también. Era pura provocación y yo no quería ni podía salir. Finalmente,
rompió los pocos milímetros que nos separaban y nuestros labios terminaron por
conectar. Se acomodaron rápidamente, con suavidad y lentitud. Sus brazos
terminaron su agarre y uno de ellos pasó a estar detrás de mi espalda y otro en
mi nuca, atrayéndome hacia él y siguiendo sus movimientos. Y fue entonces
cuando la imagen de Lily me atravesó el estómago como un cuchillo. No podía
hacerle esto.
- Harry no puedo hacer esto. Suéltame, baja y olvidemos
que esto ha pasado.
- ¿Por qué?
- ¡Bájame ya! –supliqué con lágrimas en los ojos. Había
arruinado la noche.
Le dio al botón asustado y confuso por mi reacción.
Cuando llegamos al primer piso, salí corriendo en dirección al baño. Sabía que
Lily no iba a mostrarse dolida, pero que en su interior se sentiría
traicionada. Tenía que hablar con alguien. Cogí mi móvil y mandé un mensaje a
Devs. No tardó ni cinco minutos en aparecer.
- Devonne, necesito ayuda…
- Has estado llorando ¿qué te ha pasado? ¿estás bien?
- Me he besado con Harry.
Al contrario de lo que yo pensaba, no me riñó, ni cambió
su semblante preocupado a uno más serio. No. Empezó a aplaudir y a dar vueltas
como loca.
- ¿Por eso lloras? ¿Por qué no gritas? Harry es un chico
muy guapo. Y es solo un beso ¿o ha pasado algo más?
- Claro que no. Pero… -dudé si contarle mi teoría sobre
Lily- no sé si pasó lo correcto.
- ¿Lo dices por Lily?
Pillada. Asentí con vergüenza.
- Lily es mayorcita. Madura.
- Pero le he fallado.
- No. Escúchame, no digas bobadas. No le has fallado.
Esta noche es una de tus preferidas. ¿Dónde has visto que hay fiestas temáticas
de Grease? Solo aquí. Así que sal.
Vamos. Límpiate esas lágrimas y ya mañana verás las cosas con mayor claridad.
- Pero no quiero ver a Harry…
- Te ayudaré a deshacerte de él si veo que se pone muy
pesado.
- Gracias Devs.
- Para eso estamos fea.
- Bicho.
- Llama.
- Ahí te has pasado tía.
Las risas con Devs eran la mejor parte de este tipo de
confesiones. Siempre lograba hacernos reír en cualquier momento. Decidí hacerle
caso e intentar olvidarme de esto. No conseguía nada dándole vueltas.
-
- ¡Eh Cher! ¡Pásame la botella! –escuché decirle a Louis
a Cher sensualmente.
- Louis, déjalo ya anda –dijo riendo.
- Quiero decirles a todos que tengo la amiga más guapa de
todas. Que solo han pasado dos días, pero que la quiero. Quiero estar con ella.
Quiero besarla. Quiero…
- ¡Louis, bájate! No sabes lo que dices.
- ¡Es cierto Cher! Te quiero, ¡y quiero estar contigo!
¡Es mía! ¡Que lo sepan!
Noté como a Cher se le iluminaban las mejillas y como
Louis daba un trago a un vaso de color caramelo oscuro. Ron.
- Louis deberías dejarlo ya –dijo Niall con una sonrisa-
la pobre Cher va a tener que esconderse bajo tierra.
- ¿Te avergüenzas de mis sentimientos? ¡Me siento dolido!
–dijo con un gesto dramático y tartamudeando por la notable borrachera.
- Vamos Louis… -insistió ahora Liam.
A decir verdad no había rastro de Harry por ninguna
parte. Y eso me relajaba un poco. Cher estaba un poco acalorada por el pequeño
espectáculo que estaba montando Louis en ese momento, así que le susurró algo
en el oído y ambos, tomados de la mano, se alejaron de la barra, hacia la otra
parte de la piscina. Por otra parte, cuando la canción a Summer Nights, las chicas nos separamos de los chicos y comenzamos
a hacer una especie de parodia. Todo marchaba sobre ruedas y la diversión
estaba haciéndome olvidar todo lo ocurrido. El reloj marcaba las tres y media
de la madrugada. A decir verdad, mis pies no daban para más y decidí sentarme
en alguna de las hamacas al lado de Maddy.
- ¿Todo bien?
- Zayn ha estado conmigo al principio durante un buen rato
–dijo con una sonrisa.
- Maddy… no quiero que te ilusiones mucho con él…
- No. No lo haré. Solo quiero vivir el momento. Solo
llevamos dos días aquí.
- Por eso te lo digo. Es mejor que nos mantengamos juntas
y no nos dejemos llevar por nadie por ahora.
Me sentía culpable. En realidad tenía ganas de reunirme
con ellas al día siguiente y despejarme para poder contarles todo. Vi como por
el rabillo del ojo Jamia jugueteaba con el pelo de Gerard mientras este le daba
besitos en la mejilla, cerca de la comisura de los labios. Alcancé a ver como
ella le decía unos “quieto” o “ay Gerard” mientras cerraba los ojos,
dejándose llevar. Maddy me dio un codazo haciendo que cambiara de panorama de
Jamia hacia Devs, que bailaba muy pegado a Liam. Vinieron a sentarnos cerca y
Devs se sentó en la rodilla de Liam.
- ¿No venís a bailar?
- En cuanto vea a alguien disponible lo haré –sonreí.
- Niall antes te estaba buscando –confesó Liam con una
sonrisa.
- ¿Dónde está?
- En la parte de arriba.
Me levanté decidida. Tenía que hacer algo.
-
- ¿Qué estás haciendo aquí?
Me di la vuelta y vi que Niall entraba a mi habitación
con sigilo. Había dejado la puerta abierta para salir después de coger unos
zapatos más cómodos.
- Cambiándome.
- He hablado con Harry.
Se me paró el corazón. No sabía cómo iba a reaccionar,
pero tenía un gesto confuso. Oscuro. Enfadado.
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